El monte llora,
pero no hace ruido.
Allá, donde cruje la madera,
cae uno —como caen los ocotes secos.
Casimiro no ha muerto,
nomás se ha dormido en la tierra,
con el fusil bajo el costado
y el nombre entre las ramas.
Hay sangre que se queda quieta,
y otra que camina:
la de los que arman la vida
con el puro coraje.
En Cherán,
la muerte no manda,
nomás mira desde lejos.
Porque aquí,
el que muere defendiendo,
sigue respirando
entre las raíces.
De Uërani
#CheránKeri ♥️

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